Durante los últimos años, Japón ha experimentado un crecimiento significativo en materia de energía limpia. Según el informe anual de IRENA, a finales de 2022 el país alcanzó los 78.8 GW en energía solar fotovoltaica y los 4.5 GW en eólica. Se espera que esta capacidad instalada crezca enormemente en los próximos años para cumplir con los objetivos establecidos para 2030.
El accidente nuclear de Fukushima en 2011 supuso un punto y aparte en la política energética de Japón. Este hecho aceleró las reformas del mercado eléctrico procediendo a su liberalización e introduciendo un Feed-in Tariff a la red, con el objetivo de hacer más atractiva la inversión en energías renovables.
La realidad es que Japón tiene recursos de combustibles fósiles autóctonos muy limitados para satisfacer su demanda de energía, lo que hace que existan grandes oportunidades para las instalaciones de energía renovable.
Por todo ello, el Ministerio de Economía, Comercio, Industria (METI) ha implementado distintas políticas para promover el uso de las energías limpias, incluyendo la creación de una estrategia de energía renovable que establece un objetivo del 36%-38% para el año 2030. Además, de acuerdo con el informe sobre la Estrategia de Crecimiento Ecológico de Japón, el país se propone alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050.
Otras características y retos del mercado renovable japonés:
- Falta de terreno y localización: Aunque el potencial de las energías renovables en Japón es evidente, su desarrollo se ve obstaculizado por la limitada topografía montañosa del país, los desastres naturales y la alta densidad de población. Su difícil relieve impide encontrar suficiente terreno para instalar paneles solares y parques eólicos, lo que hace que existan grandes oportunidades para la agrovoltaica y la eólica offshore. Como curiosidad, en el pasado ya hemos conocido casos de plantas solares que se han construido en antiguos campos de golf o ski resorts, aprovechando estos espacios que tuvieron su boom en los 90 pero ahora están en desuso. Para contrarrestar la falta de terreno, recientemente se han estado desarrollando portafolios de plantas de pequeña capacidad (1-2MW), que ocupan poco espacio, y que usan economía de escala (mismo lay-out, equipo y contratos de O&M para todo el portafolio) para generar proyectos rentables.
- Congestión de la red: Sumado a los retos geográficos de Japón, el país no tiene una red eléctrica unificada, dividido en dos zonas con redes incompatibles, que imposibilitan la transmisión de energía entre ambas regiones. La región norte (que incluye Tokyo hasta Hokkaido) funciona con 50 Hz, mientras que la región sur (desde Shizuoka hasta Kyushu, incluyendo Osaka) funciona a 60 Hz. Si bien la región sur tiene más irradiación y las plantas producen más energía, su demanda energética no es alta, ocasionando un surplus que no puede transmitir a las regiones de alta demanda en el norte (Tokyo), provocando el llamado “curtailment”, que obliga a los productores de energía a parar la producción. La buena noticia es que el actual gobierno ha propuesto la actualización de la red para mitigar este problema, aunque este proceso tardara unos cuantos años.
- Almacenamiento: Japón ha invertido mucho en tecnologías avanzadas de almacenamiento de energía, como las bombas hidroeléctricas reversibles, el almacenamiento térmico o las baterías de ion-litio. Respecto a esta última, varias empresas japonesas ya están trabajando en la construcción de distintas plantas en esta tecnología a gran escala que permitan almacenar el excedente de electricidad renovable y la capacidad de descargarlo cuando haya un déficit de suministro. Se trata de baterías que se utilizan tanto a nivel residencial como a nivel comercial e industrial y pueden descargarse rápidamente, lo que las hace adecuadas para aplicaciones de almacenamiento a corto plazo. El gobierno aún no ha definido el sistema de apoyos y subsidios para la instalación de sistemas de almacenamiento (stand-alone o conectados a una planta), pero se espera que se establezca en el corto plazo, dado que el “curtailment” ha afectado gravemente a ciertas regiones del país.
- Investigación en Hidrógeno: El mercado nipón es pionero en la investigación de esta tecnología. Tras varios años de construcción el Campo de Investigación de la Energía del Hidrógeno de Fukushima (FH2R) en Japón entró en funcionamiento en marzo de 2020. El objetivo de la instalación es servir de laboratorio de investigación para proyectos de hidrógeno y adquirir datos para la aplicación práctica de la tecnología de conversión de energía en gas. Esta instalación consta de una unidad de producción de hidrógeno de 10 MW con una capacidad máxima de producción de unos 2 000 metros cúbicos normales de hidrógeno por hora. El hidrógeno producido sirvió, por ejemplo, para los vehículos de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021. Recientemente, Japón ha firmado acuerdos de colaboración con países como Australia, para la importación de hidrógeno usando buques de empresas japonesas como Mitsui o Sojitz, por lo que se espera que este tipo de energía se vuelva más relevante en el mediano y largo plazo.
- Eólica offshore: La generación de energía eólica en alta mar, es una importante área de desarrollo en Japón. El país cuenta con una costa extensa y aguas profundas, lo que lo convierte en un lugar adecuado para la instalación de este tipo de parques. A finales de 2022 entró en operación el primer parque eólico marino a gran escala de Japón y en abril de 2023 se ha aprobado el IV Plan Básico de Política Oceánica, que incluye una nueva legislación para permitir la construcción de instalaciones flotantes en la zona económica exclusiva que rodea las aguas territoriales del país. Japón ha definido zonas de desarrollo para este tipo de energía, localizadas mayormente al norte del país (Hokkaido y Tohoku), y se encuentra en proceso de emitir la tercera ronda de subasta para proyectos offshore; además, se ha anunciado la construcción de un cable de conexión entre Hokkaido y Honshu, que permitirá transmitir la energía producida por plantas offshore a las regiones de alta demanda (Zona metropolitana de Tokyo).
- Sistema de tarifas de alimentación: El FIT (Feed-in Tariff) se introdujo en 2012 como parte de la política energética para promover la energía renovable y reducir la dependencia nuclear y del petróleo. Este sistema establecí precios fijos de compra de energía renovable a largo plazo, que se garantizan durante un período de 20 años. El objetivo del FIT era incentivar a los inversores y productores de energía renovable a invertir en estas tecnologías, a fin de acelerar la transición hacia un sistema energético más sostenible. El sistema de Tarifas de Alimentación en Japón ha tenido un impacto positivo en la adopción de energías renovables en el país. Desde su implementación, se ha visto un aumento significativo en la capacidad de energía renovable instalada en Japón, especialmente en energía solar fotovoltaica y energía eólica. Sin embargo, también ha habido algunas críticas sobre los altos costos de la energía limpia y la necesidad de una mayor eficiencia en la utilización de los recursos. El régimen FIT llegó a su fin en Japón a principios de 2022, desde entonces los PPA (Power Purchase Agreement) se están convirtiendo gradualmente en una opción eficaz para la compra de energía y se espera que continúe creciendo significativamente a medida que más empresas establezcan objetivos 100% renovables. Los más recientes contratos de PPA han alcanzado valuaciones de hasta 16 JPY/kWh, y se espera que sigan subiendo en el mediano y largo plazo, por lo que resultan sumamente atractivos para desarrolladores e inversores.
- Regulación: La regulación en Japón ha sido lenta en la promoción de la energía renovable, no obstante, el país cuenta con un marco normativo que ha ido generando una estructura sólida en esta materia. Desde la Ley de promoción de Biomasa, la Ley de Promoción de Energía Solar FV (1999) o la Ley de Promoción de Energías renovables (2011), el gobierno ha trabajado para garantizar que los productores de energía renovable reciban un precio justo por la energía que generan. A pesar de este escenario, hoy podemos afirmar que el país nipón está dando respuestas al mercado incluyendo la construcción de nuevas líneas de transmisión, la implementación de sistemas avanzados de gestión de la red y la promoción de la generación distribuida de energía renovable.
En este 2023, Vector Renewables cumple 10 años desde su desembarco en Japón, habiendo sido testigo del crecimiento y desarrollo de un mercado que ha sabido adaptarse a las circunstancias. Desde entonces Vector ha prestado servicios a sus clientes en Japón, apoyándoles en cada nuevo reto. Esperamos poder hacerlo de la misma manera en proyectos futuros asegurando la profesionalidad, el buen hacer y la entrega en cada uno de los retos que se puedan presentar.